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20 febrero 2018

Diario del Che en Bolivia, evidencia de plenitud ideológica




Resumen Latinoamericano / 20 de febrero de 2018 / Delia Luisa López García, Cuba Debate
Palabras en la presentación de El Diario del Che en Bolivia, de la editorial Nuevo Milenio en su sello Ciencias Sociales. Casa del ALBA Cultural, La Habana, 3 de febrero de 2018.
Durante todo este año celebraremos el noventa cumpleaños del Che Guevara y al calor de los homenajes y de las variadas iniciativas a ser desplegadas, esta de hoy, en el marco de la Feria Internacional del Libro 2018, es una de las primeras. Se presenta la sexta edición del Diario de Bolivia asumida por la Editorial Ciencias Sociales en colaboración con el Centro de Estudios Che Guevara.
Como se sabe, Che acostumbraba a anotar sus vivencias en cuadernos; más tarde, les daba organicidad -si era necesario- pero siempre las utilizaba para posteriores análisis y para dejar por escrito consideraciones sobre los hechos que había protagonizado. Esto lo hizo en sus dos primeros viajes de juventud por América Latina los que fueron dados a conocer por el entonces Archivo Personal del Che, el primero titulado Notas de Viaje y el segundo, Otra vez. Ambos recorridos sin dudas, contribuyeron a su formación política.
Después, vendría Pasajes de la Guerra Revolucionaria, donde volcó sus experiencias y análisis sobre la lucha en la Sierra Maestra, de inestimable valor para los estudiosos de la Revolución Cubana desde sus cimientos; un cuarto diario Pasajes de la Guerra Revolucionaria: el Congo, constituyó una disección no ya de un pasado al que llamó sin ambages “historia de un fracaso” sino documento imprescindible para un futuro que ansiaríamos no muy distante. Por último, tenemos ante nosotros el quinto: el Diario de Bolivia.
Este Diario es una de las tantas evidencias de la plenitud ideológica de su autor respaldada en el entendimiento de que la base de sustentación del imperialismo es la explotación del mundo subdesarrollado y dependiente, es decir, de América, Asia y África.
Cuando esa base comenzó a sufrir modificaciones por las luchas de liberación, las potencias coloniales recurrieron a todo su arsenal de medidas para mantener la dominación, desde las guerras coloniales y diversas formas de políticas punitivas hasta las diversas variantes de neocolonialismo.
El neocolonialismo no se limita al control de la economía de los países dependientes, es también la intervención en sus asuntos internos propiciada por las débiles o inexistentes burguesías nacionales, la corrupción de los funcionarios públicos con prebendas para favorecer los intereses del capital monopolista, la penetración cultural, la deformación de la historia para brindar una versión edulcorada de la dominación y la propagación de las distintas ideologías que pretenden destruir la conciencia nacional en aras de un falso universalismo.
Por todo ello, para el Che no existe alternativa: la batalla global, estratégica, de los revolucionarios es contra el imperialismo si se aspira a la liberación real de los pueblos y en la mayoría de los casos, la táctica a emplear es la lucha armada. “No se trata de desear éxitos al agredido, sino de correr su misma suerte; acompañarlo a la muerte o a la victoria”[i].
El Che marcha hacia Bolivia decidido a dirigir un proyecto latinoamericano capaz de desatar la segunda independencia, la que Martí llamara, la definitiva. En realidad, tal proyecto se preparaba desde antes. Para la gesta boliviana seleccionó a un grupo de cubanos fogueados en el combate; otros, procedentes de Bolivia, Perú, Argentina, se incorporarían o ya lo habían hecho participando en los preparativos y en tantas tareas imprescindibles, ya previstas o no.
El diario comienza el 7 de noviembre de 1966, aunque el Che hace su entrada a La Paz el 3 de noviembre acompañado de Pachungo, el cubano Alberto Fernández Montes de Oca, quien por cierto, estaba junto a él y murió en el combate de la Quebrada del Yuro.
En él aparecen día a día los acontecimientos que tuvieron lugar entre el 7 de noviembre de 1966 hasta el 7 de octubre de 1967; no contiene solo descripciones, ya de por sí valiosas, sino incluye múltiples apreciaciones sobre la incapacidad del ejército boliviano, derrotado en numerosos combates, sus valoraciones sobre el régimen dictatorial de Barrientos, en un momento determinado al borde del colapso. Se pueden leer además reflexiones sobre el comportamiento de organizaciones, partidos e individuos que formaban parte del contexto boliviano y de otros países que debieron apoyarlo y que por divisiones internas sustentadas en concepciones sobre cómo hacer o no hacer la revolución se abstuvieron de ello, incluso lo traicionaron; todo influyó negativamente en el desarrollo del movimiento revolucionario que se había empeñado en llevar adelante.
También podrán leerse sus reacciones, a veces airadas, ante las faltas que cometen los combatientes; hay que decir que con los cubanos, sus compañeros desde la Sierra Maestra y el Escambray, es más severo aún: les hace críticas y recriminaciones públicas porque los considera indispensables como ejemplo para el resto de los bisoños combatientes de otros países; porque entiende que las amonestaciones sobre las faltas que cometen todos contribuyen a la buena marcha de las acciones guerrilleras, porque sabe que la futura expansión del destacamento depende de mantener en alto las capacidades personales y grupales y de la educación sistemática, aunque también comprende que las faltas (y los errores) resultan inevitables en un incipiente organismo guerrillero, en condiciones de despegue.
Por supuesto, en el Diario también se pueden leer sus autocríticas, siempre exageradas, tal y como lo hiciera durante toda su vida revolucionaria.
El prólogo de este Diario fue escrito por Fidel Castro y nadie más que él podía hacerlo. En “Una introducción necesaria”, que es su título, expresa sobre este último aspecto: “(…) Jefe fraternal y humano sabía también ser exigente y en ocasiones severo; pero lo era en primer lugar y en mayor grado que con los demás, consigo mismo. Che basaba la disciplina en la conciencia moral del guerrillero y en la fuerza tremenda de su propio ejemplo”.
Fidel aclara que faltaban unas pocas páginas que no alteraban su contenido. Ellas fueron las páginas correspondientes a los días 4, 5, 8 y 9 de enero; 8 y 9 de febrero, 14 de marzo, 4 y 5 de abril, 10 de junio y 4 y 5 de julio de 1967, las que se incluyen en esta nueva edición del libro. Además, aparecen los partes de guerra y los comunicados escritos por el Che al pueblo boliviano, se preparó un Glosario con las biografías de los combatientes y de otros personajes que participaron de una u otra forma en la contienda.
Este Glosario es decisivo para la lectura del diario en tanto hay que auxiliarse del listado de los nombres reales y la nacionalidad de cada uno de los guerrilleros, dado que el Che los designa con sus seudónimos de guerra y en ocasiones es difícil recordar quién es cada uno. Adicionalmente, se presenta un testimonio gráfico con algunas imágenes inéditas, siempre bienvenidas, un Prefacio a cargo de Camilo Guevara March y como si fuera poco, el libro que hoy presentamos fue impreso con la misma portada de la edición de 1968, que tantos recuerdos concita entre los que tuvimos la suerte de hacer las enormes colas para obtener el Diario.
De la lectura del Glosario, los lectores se percatarán que casi todos los combatientes son jóvenes, en pleno desarrollo de sus potencialidades humanas, con esposas, hijos o novias esperándolos y que sin vacilación alguna decidieron compartir el sueño latinoamericano del Che. Por ello, son verdaderos héroes y ocupan un lugar cimero en la memoria histórica, no solo de nuestra Revolución, sino de la revolución latinoamericana.
Este último diario redactado por Che fue ocupado el 8 de octubre cuando su captura; de inmediato sus páginas fueron fotocopiadas y entregadas al gobierno boliviano, a los mandos de su ejército, a la CIA y al Pentágono. Ninguno de ellos deseaba la divulgación de sus páginas. Incluso hasta hoy la documentación relacionada con este enfrentamiento está fuertemente custodiada por el ejército de Bolivia.
Para entonces, ya había comenzado un programa de desinformación elaborado por analistas de la CIA e instrumentado por sus títeres criollos con el objetivo de desprestigiar a algunas de las figuras de la guerrilla -entre ellas a Tania- pero sobre todo al Che. Un meticuloso trabajo de alteración de este diario fue parte del programa. A la vez, las agencias internacionales de noticias -que como sabemos, la mayoría responden a los intereses imperialistas- se hacían eco de estas patrañas, dándoles credibilidad.
Sin embargo, copias fotostáticas del diario fueron traídas a Cuba de forma absolutamente secreta y aquí, después de verificar su autenticidad, Aleida March con un grupo de compañeros, se dedicaron a desentrañar la difícil letra del Che, a puntualizar lugares, a esclarecer hechos.
Así, el Diario del Che en Bolivia pudo ser publicado en Cuba y distribuido gratuitamente a la población cubana desde el 1 de julio de 1968. Traducciones a varios idiomas fueron hechas y prestigiosas editoriales lo publicaron casi de forma simultánea: en Francia, Editorial François Masperó; en Italia, Editorial Feltrinelli; en RFA, Trikont Verlag; en Estados Unidos, Revista Ramparts; Francia, en español, Ediciones Ruedo Ibérico; en Chile, Revista Punto Final; en México, Editorial Siglo XXI[ii].
De esta forma, el programa desinformativo de la CIA fue hecho trizas y la figura del Guerrillero Heroico se alzó en las manos de las nuevas generaciones de rebeldes latinoamericanos, europeos y hasta dentro de los Estados Unidos, en plena lucha por los derechos civiles de la población negra y de forma masiva, enfrentándose a la guerra de Vietnam, no solo pacíficamente.
En discurso del 24 de julio[iii] de ese mismo año, Fidel Castro hizo declaraciones sobre la llegada a Cuba de las páginas de este diario. Manifestó que el ex ministro del Interior del gobierno boliviano Antonio Arguedas había entregado desinteresadamente sus copias fotostáticas a manos de personas vinculadas con el Ejército de Liberación Nacional indignado por la forma en que el régimen boliviano había tratado al Che, asesinándolo cobardemente. Explicó Fidel que para salvaguardar su vida, Arguedas se había tenido que asilar en Chile y cómo el imperialismo y el dictador Barrientos presionaban a este país para que lo devolviera a Bolivia. Por todo ello Cuba había decidido otorgarle asilo político, lo que expresaba públicamente en ese momento.
Dada la falta de información difundida sobre la gesta boliviana por consideraciones de seguridad perfectamente comprensibles, la lectura de Una introducción necesaria resulta ineludible para comprender y asimilar en toda su magnitud las dificultades a las que se enfrentó el Che durante la campaña.
Fidel hace una profunda disección de la traición del Partido Comunista Boliviano bajo la dirección de Mario Monje y otros de sus lamentables seguidores, la que sin duda obró en contra del desarrollo del núcleo inicial de la guerrilla y de su posibilidad de convertirse en una escuela de revolucionarios latinoamericanos que harían su aprendizaje en los combates para expandirse al resto de Suramérica. Otras complicaciones se conocerían después como las delaciones acerca de su presencia en el país al frente de la guerrilla, la ubicación de los distintos frentes, de su propia posición y hasta de sus movimientos.
En el diario se encontrarán, además de los acontecimientos día a día, resúmenes o análisis mensuales (aparecen de las dos maneras). En ellos -con el poder de síntesis que lo caracterizó como escritor- Che esclarece los avances realizados y los problemas que se habían presentado en ese periodo. Le ayudaban a tener una visión general de la marcha de la guerrilla hasta ese momento y una vez más, a calibrar las dificultades a las que se enfrentaban. No dejaba de referirse a las circunstancias en que se desenvolvía la guerrilla, anotar la eficiencia o no de sus acciones, las noticias que llegaban sobre el cada vez más fuerte apoyo de los Estados Unidos al régimen boliviano y a su ejército.
En esta ocasión, me pareció interesante acercar a los presentes a algunos de los análisis o resúmenes mensuales que escribiera el Che y he seleccionado tres de ellos
     1966
Noviembre  
“Todo ha salido bastante bien: mi llegada sin inconvenientes; la mitad de la gente está aquí también sin inconvenientes, aunque se demoraron algo; los principales colaboradores de Ricardo[iv] se alzan contra viento y marea. El panorama se perfila bueno en esta región apartada donde todo indica que podremos pasarnos prácticamente el tiempo que estimemos conveniente. Los planes son: esperar el resto de la gente, aumentar el número de bolivianos por lo menos hasta 20 y comenzar a operar. Falta averiguar la reacción de Monje y cómo se comportará la gente de Guevara[v].
1967
Enero
Como lo esperaba, la actitud de Monje fue evasiva en el primer momento y traidora después.
Ya el partido está haciendo armas contra nosotros y no sé dónde llegará, pero eso no nos frenará y quizás, a la larga, sea beneficioso (casi estoy seguro de ello). La gente más honesta y combativa estará con nosotros, aunque pasen por crisis de conciencia más o menos graves.
Guevara, hasta ahora, ha respondido bien. Veremos cómo se portan él y su gente en el futuro.
Tania[vi] partió pero los argentinos no han dado señales de vida, ni ella tampoco. Ahora comienza la etapa propiamente guerrillera y probaremos la tropa; el tiempo dirá qué da y cuáles son las perspectivas de la revolución boliviana.
De todo lo previsto, lo que más lentamente anduvo fue la incorporación de combatientes bolivianos”.
     Septiembre:
Debiera ser un mes de recuperación y estuvo a punto de serlo, pero la emboscada[vii] en que cayeron Miguel[viii], Coco[ix] y Julio[x] malogró todo y luego hemos quedado en una posición peligrosa, perdiendo además a León[xi]; lo de Camba[xii] es ganancia neta.
Tuvimos pequeños encuentros en que matamos un caballo, matamos y herimos un soldado y Urbano[xiii] se tiroteó con una patrulla y la nefasta emboscada de la Higuera. Ya dejamos las mulas y creo que en mucho tiempo no tendremos animales de ese tipo, salvo que vuelva a caer en un estado de mal asmático.
Por otra parte, parecen ser ciertas varias de las noticias sobre muertos del otro grupo al que se debe dar como liquidado, aunque es posible que deambule un grupito rehuyendo contacto con el Ejército, pues la noticia de la muerte conjunta de los 7 puede ser falsa o, por lo menos, exagerada.
Las características son las mismas del mes pasado, salvo que ahora sí el Ejército está mostrando más efectividad en su acción y la masa campesina no nos ayuda en nada y se convierten en delatores.
La tarea más importante es zafar y buscar zonas más propicias; luego los contactos, a pesar de que todo el aparato está desquiciado en La Paz donde también nos dieron duros golpes. La moral del resto de la gente se ha mantenido bastante bien, y sólo me quedan dudas de Willy[xiv] que tal vez aproveche algún zafarrancho para tratar de escapar solo si no se habla con él”.
Por Fidel conocemos los factores adversos (como él les llama) de los meses y días anteriores al 8 de octubre: la separación y aniquilamiento de la retaguardia en la cual se encontraban experimentados combatientes que necesitaba, la incautación por el ejército de sus medicinas para el asma, el reconocimiento de la guerrilla por parte de los pobladores, además de la fuerte represión ejercida sobre ellos por el ejército en busca de la información, que obtuvieron.
También Fidel nos hace un recuento preciso sobre las fatales circunstancias que llevaron a su captura –entre las cuales no puede obviarse su afán por no dejar atrás al médico enfermo, lo que impidió rápidos movimientos para alejarse del cerco. Es desgarrador el relato referido a su vil asesinato en La Higuera.
Volviendo a lo escrito por el Che, me interesa destacar dos días: el 25 de marzo, cuando le da al grupo guerrillero el nombre de Ejército de Liberación Nacional de Bolivia y el dedicado al 26 de Julio cuando escribe:
(…)
“Por la noche di una pequeña charla sobre el significado del 26 de Julio; rebelión contra las oligarquías y contra los dogmas revolucionarios”.
Estas nueve palabras constituyen una de las síntesis más logradas sobre el significado del acontecimiento que marcó el inicio de la nueva etapa de lucha de los cubanos por su liberación nacional y por la creación de una nueva sociedad, ajena a las deformaciones que paralizaron la transformación revolucionaria durante muchos años y a las que el Che, como pensador marxista, enfrentó con sus consideraciones teóricas de alto vuelo en todos los ámbitos de su práctica social.
Del estudio detallado del Diario del Che en Bolivia, se obtienen al menos, 4 conclusiones:
  1. Es un documento histórico de extraordinario valor político, incluso para la actualidad, en tanto devela no solo la traición del líder y miembros prominentes del Partido Comunista Boliviano que debieron apoyar un proyecto revolucionario de escala continental sino permite elucidar las inconsecuencias teóricas y políticas de la mayoría de los partidos comunistas latinoamericanos que no se planteaban (¿plantean?) la lucha por la toma del poder.
  2. Es una demostración orgánica de ética revolucionaria, o lo que es lo mismo: los vínculos entre política y ética que deben presidir las acciones de los revolucionarios y de la cual el Che fue ejemplo vivo.
  3. Es un documento histórico que afirma el más alto sentido del compromiso internacionalista de los revolucionarios decididos a contribuir a la destrucción del capitalismo como sistema mundial y a la creación de la nueva sociedad de transición socialista.
  4. Ratifica lo que siempre Fidel nos enseñó: la unidad constituye una de las estrategias políticas imprescindibles de los revolucionarios antes y después de la toma del poder.
Y precisamente como se trata del Che Guevara, y por todo lo anterior afirmo, para finalizar esta presentación: no se puede hablar del Che tan solo como Guerrillero Heroico, como estratega militar, porque incluso actuando como tal se yergue en toda su estatura como político y teórico del comunismo cubano y latinoamericano.
Muchas Gracias.
[i] Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental. Obras 1957-1967. Casa de las Américas, La Habana, 1970, T. II, p. 587. Publicado en Tricontinental. Suplemento especial, 16 de abril de 1967.
[ii] Cfr. Fidel Castro, Una introducción necesaria, Diario del Che en Bolivia. Noviembre 7, 1966 a Octubre 7 de 1967. Instituto del Libro, La Habana, 1968. “Año del Guerrillero Heroico”, p. XXIX.
[iii] Cfr. Discurso de Fidel Castro en la inauguración de la fábrica de pastas alimenticias Vita Nuova en San José de las Lajas, el 24 de julio de 1968.En Bell, López, Caram, Documentos de la Revolución Cubana 1968. Entregado a Ciencias Sociales para su procesamiento editorial.
[iv] RicardoPapiChinchuMbili o Taco. José María Martínez Tamayo. Cubano.
[v] Moisés Guevara Rodríguez. Boliviano. Miembro del PCB en desacuerdo con las posiciones de Monje. Se incorporó con el Che y murió heroicamente.
[vi] Haydée Tamara Bunke Bider. Argentino-alemana. Murió en la emboscada de Vado del Yeso.
[vii] Se refiere a la emboscada de la Quebrada del Batán, cerca de La Higuera.
[viii] Manuel Hernández Osorio. Cubano.
[ix] Roberto Peredo Leigue. Boliviano.
[x] Mario Gutiérrez Ardaya. Boliviano.
[xi] Antonio Domínguez Flores. Boliviano. Traicionó.
[xii] Orlando Jiménez Bazán. Boliviano. Había pedido su baja de la guerrilla fue apresado.
[xiii] Leonardo Tamayo Jiménez. Cubano. Uno de los tres sobrevivientes.
[xiv] Simeón Cuba Sanabria. Boliviano. Fue capturado junto con el Che y ejecutado en La Higuera.
(Tomado de cheguevaralibros)



http://www.resumenlatinoamericano.org/2018/02/20/cuba-diario-del-che-en-bolivia-evidencia-de-plenitud-ideologica/

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